El precio de la desigualdad, es muestra de cómo es que los mercados y gobiernos sustentan que el 1% de la población americana sea donde se acumule la riqueza y sean ellos quienes tengan lo que el 99 % restante necesita.
Se dice que el mercado por si solo tiene fuerzas que lo ayudan o perjudican según se comporten, tales fuerzas deben ser estudiadas para regular sus patrones. Las fuerzas del mercado contribuyen a desarrollar la desigualdad, sin embargo las políticas gubernamentales determinan esas fuerza del mercado, como es bien sabido el gobierno realiza y hace cumplir las normas que para el son necesarias de seguimiento y tiene el poder de decisión de realizar o no diversas modificaciones en varios ámbitos, tenemos un sistema político que concede un empoderamiento a los de arriba desmedido, generando que los grandes consorcios, empresarios o las mismas empresas puedan elegir entre hacer riqueza y quitársela a los demás sin medida. Lo que es importante rescatar aquí es que la segunda de las opciones consiste en restarle algo a la sociedad ya que en la primera el objetivo es brindarle algo, en la búsqueda de quitar riqueza, una parte de ella se destruye.
Algunas de las formas para quitar riqueza se basan en la búsqueda de rentas, que es el logro de un ingreso mayor que se explica por la existencia de una condición que no está relacionada con la naturaleza de la actividad realizada; aparece de diversas formas: transferencias y subvenciones ocultas y públicas por parte del gobierno, leyes que hacen más competitivos a los mercados, estatutos que permiten a grandes empresas aprovecharse de los demás o trasladar sus costes al resto de la sociedad, para ejemplificar pensemos en la más sencilla, una persona que es dueña de un terreno, lo renta mensualmente, es decir obtiene un beneficio económico de su propiedad, un ejemplo en México podría ser Carlos Slim quien a través de la privatización de las telecomunicaciones el gobierno, le otorga casi la mayoría de las acciones muchos años y se enriqueció cobrando cuotas desmedidas y poco competitivas.
Por otro lado, la sociedad con sus normas e instituciones sociales forman un papel importante en cuestión de desarrollo de desigualdades, la definición de estas son conceptos más complicados de explicar en pocas líneas puesto que en lo argumental, seguimos sobre el lineamiento de que la política las regula, beneficia o dirección al declive al funcionamiento igualitario de la sociedad.
Algunos ejemplos a manera de dar definición de cómo se elevan los niveles de desigualdad son los cambios sociales, el más evidente en Estados Unidos es la afiliación a los sindicatos que pasó de un 20,1 por ciento en 1980 a 11,9 por ciento en 2010, sin la protección que ofrecen los sindicatos a los trabajadores les ha ido peor que en otras circunstancias, la importancia de esto radica en que este tipo de protección da lugar a mano de obra de mayor calidad, forma trabajadores más leales a sus empresas y da una seguridad en el trabajo, sin embargo cambiaron las normas de lo que era justo a lo que mejora el funcionamiento de la gobernanza corporativa, en cuestión salarial o de despidos no se regula el empoderamiento de los directivos por firmar cartas que reducen la masa de trabajadores siendo que sobre la misma se otorgan un incremento en su propia prima salarial, justificando que con estas acciones se mantendrán dentro del mercado.
La discriminación racial, en género, en nivel educativo explican solo una parte de la desigualdad que genera, pongamos ejemplos en Estados Unidos, si una comunidad donde solo viven afroamericanos no es apoyada como regularmente el gobierno soporta proyectos donde viven blancos, los afroamericanos sufren al doble la desproporción de educación y de servicios de salud que una persona blanca, esto genera que al momento de insertarte en la vida laboral, obtención de créditos, seguros médicos, en la búsqueda del mejoramiento de la calidad de vida, esa minoría sufrirá de una gran desventaja y desigualdad.
La desigualdad en todos los países, es un problema que no puede dejarse pasar, debe ser la principal causa económica que atacar, las fuerzas del mercado son reales, sin embargo están condicionadas por las leyes, las normativas y las instituciones, por tanto cualquier ley, normativa u ordenamiento institucional tiene consecuencias distributivas de modo que se ha configurado la economía para beneficiar a los de arriba, en mi opinión bajo esta premisa y el poder que tienen los que realizan las regulaciones tienen la capacidad de limitar y exigir que las cosas se realicen diferente y la única manera de lograrlo es sembrando una nueva cultura ideológica principalmente de igualdad, cero tolerancia y de regulación.
Unas reglas mal aplicadas dan lugar a una sociedad mal y dividida. Lograríamos una sociedad más eficiente si se lograra que los mercados funcionaran como verdaderos mercados, los cuales permiten libre e igualdad de obtención de riqueza, bienes, trabajo y salarios a todos.
Referencia bibliográfica
(2012) El precio de la desigualdad, Joseph Stiglitz.
Artículo elaborado por Alejandra Mora
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